Muchas células son las que hacen parte del sistema inmunológico y entre ellas tenemos, por ejemplo, los eosinófilos, un tipo de glóbulo blanco que se desarrolla en la médula ósea y que tiene la misión de retener y neutralizar a distintos agentes infecciosos. Hacen parte del grupo de leucocitos de tipo granulocitos y llevan este nombre debido a que se distinguen por reaccionar a tintes ácidos como la eosina.
Puesto que las analíticas de sangre son las pruebas que revelan sus niveles, muchas veces las personas al encontrarse con estos resultados suelen llenarse de dudas sobre lo que en realidad representan, es por ello que conoceremos el valor normal de los eosinófilos, sus variaciones y las implicaciones que estos tienen para el organismo del ser humano.
Valores de eosinófilos en sangre
Por regla general, estas células sanguíneas corresponden a entre el 1% y el 6% del total de los glóbulos blancos que circulan por nuestro cuerpo, de ahí que se estime que sus valores normales no deban superar los 350 eosinófilos por microlitros. Respecto al significado de sus variaciones, describiremos esto con mayor detalle a continuación.
Tal y como se muestra en https://www.eosinofilos.info los valores altos de eosinófilos se identifican cuando los resultados de la analítica, dan cuenta de más de 500 células por microlitro de sangre esto por su parte de pie a un estado que se distingue como eosinofilia y que tiene que ver con la existencia de alguna enfermedad subyacente tal y como es el caso de reacciones alérgicas, infecciones por parásitos, procesos inflamatorios y presencia de células anormales.
En cuanto a los valores bajos de eosinófilos, estos se identifican cuando el recuento es inferior a 50 ml y es una señal inequívoca de que el sistema inmune del paciente puede estar seriamente comprometido. Esta alteración es llamada eosinopenia y tiene que ver con el exceso de alcohol en el cuerpo, reacciones post operatorias, mujeres gestantes con preeclampsia y alergias agudas.
Síntomas de la alteración de los eosinófilos
Como ya se mencionaba, todo tendrá que ver con la enfermedad subyacente que se esté presentando, por lo tanto, acorde a ella se darán los diferentes síntomas. El decaimiento, la fiebre, la dificultad para respirar y la hinchazón de ciertas partes del cuerpo podrían ser indicadores a tenerse en cuenta.
El acompañamiento médico es indispensable en estos casos, pues solo un profesional podrá establecer el tratamiento correspondiente a las necesidades del paciente, sobra decir que la automedicación nunca será una buena opción.