Se ha demostrado que estas sustancias son clave para la reducción de la tasa de deterioro cognitivo y la depresión.
El ácido fólico puede actuar directamente sobre el estado de ánimo y su deficiencia se ha asociado a la aparición de cuadros depresivos. Nuestro cerebro depende estrechamente de la glucosa que se obtiene a partir de la metabolización de hidratos de carbono y eso es posible gracias a la tiamina (B1); su deficiencia puede acarrear como consecuencia la confusión mental o mala memoria.
La vitamina B12 por su parte actúa de manera significativa sobre la salud y funcionamiento de los neurotransmisores, al conservar y proteger la capa de mielina que recubre los nervios. Si esta se redice pueden evidenciarse daños o desmejoras en lo que respecta a concentración, memoria y funciones motoras.
Vitaminas del complejo B y manejo del estrés
Además de todo lo mencionado con anterioridad, las vitaminas del grupo B son indispens24ables para determinadas enzimas como lo hace el ácido ascórbico formula que participan en la producción de hormonas suprarrenales, las cuales están a cargo de la regulación de varios procesos que ayudan al organismo a adaptarse o defenderse del estrés y la ansiedad.
Cuando nos encontramos en medio de alguna situación que pueda desencadenar estrés o ansiedad, el metabolismo de las células se acelera y aumenta la cantidad de nutrientes necesarios y puede agotar las reservas de vitamina B6, de allí la importancia de consumir un suplemento que permita mantener niveles óptimos.
Cada una de las vitaminas incluidas en este grupo tiene un efecto importante sobre la función suprarrenal y todas resultan ser igual de relevantes en lo que se refiere a un mejor manejo o gestión de la ansiedad y el estrés. Particularmente la B3, B5 y B6 participan en la producción hormonal y las demás contribuyen a la generación de energía. Al trabajar, son más efectivas de forma combinada, que si lo hicieran de forma individual.
Otros usos del complejo vitamínico B
Estudios e investigaciones recientes han demostrado que los niveles elevados de homocisteína en plasma, aumentan los riesgos de padecer enfermedades cardiovasculares y es por esta razón que resulta tan indispensable mantener niveles adecuados de la misma.
Sus concentraciones vienen a estar determinadas en gran parte por los niveles de vitaminas del grupo B en el cuerpo. Adicionalmente estas vitaminas reducen la grasa en sangre y eso favorece la disminución de los niveles de colesterol malo e incremento del bueno.