De acuerdo a la nación, existen variadas disposiciones alrededor de una decisión tan importante como la de donar el cuerpo a la ciencia, una consideración polémica que mientras es vista por muchos como una contribución razonable, para otros atenta drásticamente contra la ética y las costumbres tradicionales de sepultar los restos fúnebres de ese ser a quien tanto se aprecia.
Considerando que esto es algo que realmente ocurre, es interesante conocer un poco sobre este proceso y las condiciones que se han establecido para que un cadáver sea apto, pues lo cierto es que no todos podemos ser aceptados.
Las condiciones para esta donación
Entre las pautas establecidas, sobresale el hecho de que estos cuerpos deben de haber gozado de buena salud mientras se encontraban en vida, por lo cual quienes manejan algún grado de obesidad tienen muy pocas alternativas de ser seleccionados. Asimismo, tanto aquellos que han presentado enfermedades transmisibles al igual que quienes han tenido una muerte violenta o que han precisado autopsia no van a pasar la prueba.
Al ingresar oficialmente al mundo de la ciencia, el cadáver es embalsamado y refrigerado. De ahí en adelante se puede emplear para hacer disecciones, para las prácticas de estudiantes de medicina, para desarrollar investigaciones y hasta para ser mostrados en exposiciones de orden científico. Cabe anotar que una vez alguien muere, cesan los derechos de propiedad sobre el cuerpo, lo que en otras palabras quiere decir que este puede ser usado para ocupaciones que no quizás no se tenían previstas.