Los mamíferos, salvo raras excepciones, tienen crías que son amamantadas por la hembra. Por ello, los mamíferos dependen completamente de sus madres durante las primeras semanas de vida.
Algunas especies de mamíferos tienen una vida social particular: viven en grupos o familias, se comunican entre sí, se ayudan y se cuidan. Así lo hacen los lobos, los leones, los elefantes y los monos, además de los humanos.
Características y forma de vida de los mamíferos
En comparación con los reptiles, anfibios y peces, los mamíferos tienen un temperamento más equilibrado. Esto implica que su temperatura corporal no se ve afectada por el entorno exterior. Como resultado, los animales pueden existir en cualquier lugar: en el desierto o en la tierra de los hielos eternos y también hay mamíferos que entran en la categoría de animales acuáticos. Casi todos los mamíferos tienen pelo. Esto les ayuda a mantener una temperatura corporal de aproximadamente 37ºC.
Estructura corporal y dieta de los mamíferos
Por muy variada que sea la apariencia de muchas especies de mamíferos, sus estructuras corporales siguen todas un plan similar. Los mamíferos se caracterizan por tener una columna vertebral y cuatro patas. Las patas de algunas especies pueden estar retraídas o alteradas. Por ejemplo, en las ballenas, las patas delanteras evolucionaron hasta convertirse en aletas y las traseras en una aleta. Los murciélagos y los zorros voladores tienen unos dedos inusualmente grandes en las patas delanteras, que les sirven para estirar la piel de vuelo. Son los únicos mamíferos que tienen la capacidad de volar.
Hay tres tipos de mamíferos: herbívoros, carnívoros y omnívoros. Los herbívoros pasan casi todo el día buscando comida, ya que los alimentos vegetales no aportan tanta energía como los animales, por lo que deben consumir mucho. Los carnívoros, en cambio, pueden ayunar durante varios días tras una comida abundante. Y por su parte, los omnívoros, necesitan tanto alimentos vegetales como carnes.